Durante los tres meses posteriores al accidente nuclear de Fukushima, científicos del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA), la Universidad Autónoma de Barcelona y otros centros internacionales analizaron los niveles de radioisótopos de estroncio en las aguas del Pacífico. Los resultados, que se presentan ahora en la revista Biogeosciences, revelan que en algunas zonas se multiplicaron por cien las concentraciones de este elemento radiactivo.
Investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) y del Departamento de Física de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) han estudiado la presencia y dispersión de los principales radioisótopos de estroncio (Sr-90 y Sr-89) en las aguas costeras del este de Japón en los tres meses posteriores al accidente nuclear de Fukushima, ocurrido en marzo del 2011.
Las muestras analizadas constatan el impacto que tuvo el vertido directo de material radiactivo en el océano Pacífico y permiten estimar que la cantidad de estroncio 90 vertido durante estos tres meses fue de entre 90 y 900 TBq (terabecquerelios), aumentando los niveles previos al accidente hasta dos órdenes de magnitud.
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